En medio de la crisis energética que ha afectado al país, la central hidroeléctrica Coca Codo Sinclair ha demostrado ser un recurso clave. Gracias a su alta producción, Ecuador ha logrado evitar en varios días la compra de energía a Colombia, reduciendo el impacto económico de esta situación. Esta generación ha sido fundamental para mantener el suministro eléctrico sin recurrir a costosas importaciones en momentos críticos.
Ubicada en la cuenca del río Coca, Coca Codo Sinclair se beneficia de un factor crucial: su posición en la región de mayor pluviosidad del país. La cuenca del río Coca se extiende aproximadamente por 33,482 km², abarcando parte de las provincias de Napo, Sucumbíos y Orellana. Es una de las zonas hidrográficas más importantes del Ecuador, alimentada por afluentes provenientes de la cordillera de los Andes y la región amazónica.
Que el Ecuador dependa exclusivamente de la generación hidroeléctrica es bastante relativo. La planificación energética contempla un modelo complementario, donde las hidroeléctricas trabajan en conjunto con la generación térmica en firme de acuerdo a las épocas de lluvia y las de sequía, a lo que se suman en su magnitud energías no convencionales.
Este respaldo térmico de energía en firme es fundamental en períodos de estiaje o sequía, cuando los embalses no alcanzan su capacidad óptima. No obstante, la generación térmica no ha logra compensar el déficit eléctrico por la grave falta de mantenimiento y la obsolescencia de las centrales que no han sido atendidas durante años.
A este escenario se suman las energías no convencionales, como la solar y la eólica, cuyo aporte limitado, pero que forma parte de la estrategia energética del país plasmada en el Plan Maestro de Electrificación del cual tres gobiernos consecutivos han hecho caso omiso.
El desafío radica en fortalecer un sistema energético equilibrado y resiliente, donde Coca Codo Sinclair y la cuenca del Coca sigan siendo un eje de la generación, con un respaldo eficiente que evite crisis ante eventuales cambios climáticos o fallas en la infraestructura.